jueves, 3 de septiembre de 2009

Melosidad

La decisión inamovible
de tolerar las penas del mundo
Y una lucha constante
por creer ese mundo capás
de superar la cobardía

Y un bote
o unas manos
o un desayuno
O todo eso.
Cuando la noche se hace noche
en el alma y no en el cielo
encontrar en un cuerpo
o en la voz de los suspiros
el día claro

Una revolución

lenta
un puente verde
o naranja
Para cruzar
de a cuatro pasos

Cruzar
como un salto, un charco
que resulta infinito
No sé al mismo tiempo
Pero sí
Con la misma intensidad

El éxtasis inconfundible
pequeño y cotidiano
que se asemeja al instante último
que determina el triunfo.







Eso es el amor.

3 comentarios:

osiris dijo...

tan vago e indiferente es el amor,
que nos deja pensando mil veces en el
y a la hora de la llegada nos preguntamos si era
si era aquel
y perdimos la chance de decirle que si, hola
como estas, venis por mi acaso amor???
o te equivocaste de puerta?¡

Alma de diamante dijo...

Amor... cuánta carga que se le atribuye a esa palabra. describis muy bien el amor. esa sensación entre la pesadumbre total y la libertad incondicional. el balance perfecto. Sería amor si fuera sin dolor?.

Florencia dijo...

Por supuesto que sí.