viernes, 26 de febrero de 2010

el cursi inevitable de las veces en cuando

Querido Octavio
Tuve ganas de escribirte, pero no se muy bien para decirte qué.
En realidad, esta noche tuve frío y después llegaron las ganas de escribirte, como siempre en estas noches, y se me ocurrió que podía ir a buscarte, se me ocurrió que ibas a estar en el umbral, con el gesto de siempre, que es tan de siempre y tan un poco residual, pero me acostumbré así. Y pensé que iba a entrar a tu casa, y que iba a seguir oliendo a invierno, pero
no estabas
no, no fuí a tu casa pero yo sé que no estabas. No estabas acá tampoco y te juro que dije tu nombre muchas, muchas veces, pero nada.
Y me dió miedo
Que hiciera frío y no estuvieras para prender una vela, o prestarme tu gatito para que me abrigara los pies...
Supuse que ibas a volver pronto, que ibas a venir, todavia sonriendo, todavía lluvia, vos, pero no.
Entonces te digo todo esto, y para despedirme tuve que escribirte, pero siempre me voy a acordar de tu nombre, siempre, y creo que tus abrazos olían a pan, pero no lo se, a veces pienso que ya es un invento, a veces tambien siento miedo de eso, de que seas un invento enorme, de no saber qué fué del verdadero recuerdo de vos, pero me queda el frío, eso no me olvido Octavio, porque ahora hace tanto frío acá
y yo espero el día, y el sol, y quizá un mate. Para esperarte, para que vengas y te cebe, a tu ausencia, tan tu ausencia lúdica, tan tu ausencia horizontal, tan de estepa, tan verdadera, Octavio yo todavía te abrigo acá, para cuando tengas frío.
Y no tengo miedo entonces.

Tuya siempre.
Y un beso grande.

jueves, 25 de febrero de 2010

fuck off

Por que me es tan elocuente esta zona adentro? Donde está?
Quién es esta que escribe si no soy yo (Esta que piensa)?

Cuál es el circuito que recorre mi verdadera parte de mi para llegar a convencerme ahora de que esa es la verdadera parte de mi? Por qué aparece en este momento cuando todo es tan seco, tan aplastado, tan facil de transitar?

Quiero escaparme de esta sensación pelotuda de saber a cerca de mi condición de arte
porque no quiero que todo sea tan verdadero
no quiero volverme tanta verdad
y tan loca

supongo que tendré que dejar de leerte y ya. dejar los mates.

pensar que me importa evo morales o joaquin sabina

olvidarme de que hay un aire en la ventana o que hay silencio y es la tarde

ir a buscar trapitos al sol, para que no se sequen del todo.

ser tan igual a todos ustedes que la pasan bien emborrachandose o haciendo la revolución con sexo o con comunismo. ¿cómo se puede vivir así? ¿sintiéndose orgullosos de algo que hicieron otros?

tener anginas y ver peliculas por eso. Y no estar acá preguntando por qué no está más toda mi gente verdadera y loca

a donde se fueron
en que estarán pensando

estaran llorando
se habran muerto
a donde estarán.

yo quiero pensarlos en otras ciudades

borrachos, o tomando café

o haciendo verticales en una terraza

o tirados en un colchón, construyendo algo

como un plan para conquistar el mundo o un cadaver exquisito por lo menos



bueno, si, ponele. definitivamente el problema es leerte.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Buenos aires es una ventana, una postal cruda con colores bien vivos que se estrellan contra la cara y golpean cuando se asoma la cabeza, una ventana o el cuadro en la ventana, una puerta que se abre y encierra, suda y me escapo
la ventana buenos aires se abre infame, empapada en su propia saliva, pegajosa y rendida a su propia belleza, la suya que es la de ser tan suya, tan hija de puta, tan buena hija de puta, y se amontonan las nubes

sobre un techo. me disperso mirando una buenos aires soñada hace tan-pocos-tos años por gente que planeó lo que nunca fue, una buenos aires soñada entre pluma y tinta, utopía hiriente, para mi que soy el pueblo, que miro mi buenos aires como miro la palma de mi mano o al verdulero, incorregible, inamovible, no se puede arrancar, no se puede ceder a la violencia que sale de mi ciudad contra mi, y es violencia que me desarma con la forma de un beso o de una canción.
mi mano abre esa ventana y la traspasa, la vive para dejarse morir en ella, en el paisaje perpetuo, el llanto idiota que nos sale tan lindo, si es buenos aires siempre nos sale lindo, hasta el disturbio, hasta la rendición nos queda bien,

buenos aires ahora ya se vuelve una mirilla, un pedacito de agujero, un hueco dentro de otro hueco, pasar no es quedarse, nunca es quedarse en buenos aires, porque uno no sabe bien si está comiéndosela o está dejándose comer,

un stop.

retrocedo

la ventana está cerrada. Ya no se sabe de qué lado estoy, si de el de la postal o del de afuera, el del berrinche buenos aires, el nacimiento, la tragedia rosa buenos aires, ya no se sabe si es este mi sueño o es buenos aires que se queda dormida a veces y me sueña a mi, si es el sueño de otro, un otro que se deja soñar una tarde nublada, que es cuando la ciudad descansa mas, porque el gris no nos gusta, y el vidrio se empaña, y ya no se ve nada, y ya no se sabe si entrar, si salir o si seguir esperando que todo explote alucinantemente, que todo se descoque con fulgor, con enigma y con toda la agresión que guarda cada calle, que explote la mansión buenos aires, y su imperdonable sentido de levedad, de enfermedad curada con aspirineta y pelotudeo, que explote ventana. Y se vuelva quietud, de una santa vez por todas y para siempre.