martes, 17 de agosto de 2010

Ruta del Lipán

¿Soy yo que no advierto los caminos que tiene para mí este núcleo de gentes y cosas, que no puedo seleccionar una de estas mil opciones, todas gloria, todas honor, esmerado renombre? ¿Soy yo que no tengo nivel para tanta delicia pulcra, tanta hermosura de vida posible?

¿O es mi ciudad que me exige esta violencia que no tengo, y me la saca de donde puede, con tal de no evidenciarse tan miserable, o soy yo la miserable?

¿Soy yo la no actriz? ¿Soy yo la no correcta trabajadora fuerteperfilcomercialvocaciónde servicioidiomainglésfluído?

¿O es este montón de días sujetados entre sí galopando invasivos hacia un futuro que no es mío sino de otros que no quiero conocer?

No es la ciudad, pero tampoco toda yo, esta yo que me dicta lo que escribo, esta yo que escribe lo que escucha tampoco es la culpable. No es el ente mayor que domina y apresura a bocina y alarma, no es mi gente, no es este invierno corrompido en tanto gris y tanto exceso y noche y seco. Somos todos, digo por ahí que somos todos.



Quiero tu desolación blanda y clara , para decir basta y

vamos

y ahora o tal vez,
sabiendo que estás conmigo si lo digo,

quiero saber que todavía hay una canción tuya para que me la prestes,
y un llano largo y calmo para andarlo,
todavía una luz y todavía otra forma distinta de apresurarse.

Que me abraces.

Te extraño, y

A veces me acuerdo de que te estoy fallando mi tierra...



No hay comentarios: